lunes, 8 de junio de 2015

"Camino" de JRJ

 En estos tiempos revueltos de artistas y escritores que se ponen de moda y de los que hay que lucir el último “best seller” se ignoran, no con premeditación, sino por simple y llano desconocimiento, a los autores que hacen grande nuestro idioma, las joyas de nuestra lengua, pero claro, sin el pedigrí de la modernez actual.

 Llamadme clásico pero ¿quién comería merengue teniendo nata?

 Por supuesto que actualmente tenemos personalidades geniales, como en todas las épocas; pero eso lo dejo para otra ocasión.

 Hoy traigo aquí “Camino”, el capítulo 104 de “Platero y yo”, la poesía profunda en prosa sencilla de Juan Ramón Jiménez.

 No tengo palabras para expresar mi admiración por estas breves líneas y sólo se me han ocurrido tres dibujillos a modo de ilustración personal de estos tres párrafos sublimes que quiero compartir con vosotros.

CIV
CAMINO

¡Qué de hojas han caído la noche pasada, Platero! Parece que los árboles han dado una vuelta y tienen la copa en el suelo y en el cielo las raíces, en un anhelo de sembrarse en él. Mira ese chopo: parece Lucía, la muchacha titiritera del circo, cuando derramada la cabellera de fuego en la alfombra, levanta, unidas sus finas piernas bellas, que alarga la malla gris.


Ahora, Platero, desde la desnudez de las ramas, los pájaros nos verán entre las hojas de oro, como nosotros los veíamos a ellos entre las hojas verdes, en la primavera. La canción suave que antes cantaron las hojas arriba, ¡en qué seca oración arrastrada se ha tornado abajo!



¿Ves el campo, Platero, todo lleno de hojas secas? Cuando volvamos por aquí, el domingo que viene, no verás una sola. No sé dónde se mueren. Los pájaros, en su amor de la primavera, han debido decirles el secreto de ese morir bello y oculto, que no tendremos tú ni yo, Platero…


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