lunes, 13 de abril de 2015

Sábado Saturday Saturno

 ¿Por qué contamos el tiempo en semanas de siete días y no por períodos de diez días, por ejemplo? No lo sé; quizás por aquello del Génesis donde Dios creó el mundo en siete días y descansó el séptimo.
 La cosa es que la mitología greco-romana asignó un dios a cada día de la semana, con su correspondiente cuerpo celeste y elemento metálico, del siguiente modo:


Cuerpo
celeste
Metal
Deidad griega
Deidad romana
Lunes
Luna
Plata
Artemisa o Selene
Diana
Martes
Marte
Hierro
Ares
Marte
Miércoles
Mercurio
Mercurio
Hermes
Mercurio
Jueves
Júpiter
Estaño
Zeus
Júpiter
Viernes
Venus
Cobre
Afrodita
Venus
Sábado
Saturno
Plomo
Crono
Saturno
Domingo
Sol
Oro
Helios
Apolo

 Esta entrada vamos a dedicarla al dios del sábado o “saturnus die”: Saturno.

 Saturno es el dios romano que tiene su antecedente en el Cronos de los griegos.
 Los padres de Saturno son Urano (El Cielo) y Gea (La Tierra). Urano cubre y protege a Gea y así gobierna el mundo, pero como teme que alguno de sus hijos al crecer le arrebate el trono, ordena a Gea que los sepulte. Pero Gea, llevada de su instinto maternal desobedece con su último hijo, Saturno, al que entrega una hoz con la que castra a su padre Urano. Toma el poder y ordena desenterrar a sus hermanos, casándose con su hermana Cibeles (Rea para los griegos).
 Pero la historia se repite, Saturno tiene celos y recelos de sus hijos y a medida que nacen los va devorando, como hacen los leones macho con los cachorros.

 “Saturno devorando a sus hijos” es un tema recurrente en la pintura occidental.
  Los cuadros más famosos son el de Rubens y el de Goya, ambos en el Museo del Prado.

Peter Paul Rubens, 1636

Francisco de Goya, 1823

 Metáfora de cómo el tiempo (Cronos, Saturno) devora  los días, los meses y los siglos, con todas sus criaturas a medida que las engendra.

 De nuevo el instinto maternal de Cibeles, que entregará una piedra envuelta en  pañales a Saturno, en lugar del recién nacido, salva al bebé Júpiter. Se supone que Saturno era un tragón compulsivo nada gourmet. Júpiter crece y destrona a Saturno.
 Ya perdida su condición divina, Saturno llegó al Lacio, región donde se fundaría Roma, y en una remota y feliz edad de oro enseñó a los rudos hombres el uso del calendario, la adecuación de las labores agrícolas a las estaciones del año y diversas artes útiles.
 Así como entre los griegos Cronos se asociaba al caos y al desorden, para los romanos Saturno tendría un carácter más positivo.
 De hecho, las Saturnales eran las fiestas más importantes del año (alrededor del 25 de diciembre) y en ellas se evocaba la edad de oro, celebrando con banquetes y música; los esclavos dejaban de serlo por unos días y se comportaban como libres. 
Con el Cristianismo las Saturnales pasaron a ser la Nochebuena y Navidades.

  A Saturno se le representa como un anciano de larga barba blanca, con alas (Saturno, Cronos, el tiempo que vuela), con un reloj de arena (símbolo del paso del tiempo) y con una hoz o guadaña (con la que mutiló a Urano, pero también la herramienta agrícola para las cosechas). 

 El compositor inglés Gustav Holst escribió en 1916 Los Planetas, una suite para gran orquesta en siete movimientos, donde el quinto es Saturno, el portador de la vejez
 En el siguiente vídeo lo interpreta la Orquesta de Filadelfia dirigida por Eugene Ormandy.


 El elemento asociado a Saturno () es el plomo (Pb) y la intoxicación por ingesta de plomo se denomina saturnismo o plumbosis, que puede llegar a ser un envenenamiento mortal (caso de los niños que chupaban los soldaditos de plomo, o de quienes usaban durante años vajilla y copas de plomo para el vino).
 Goya y Beethoven, dos insignes sordos, padecieron saturnismo y quizás esta fue la causa de la muerte de Beethoven,
 Actualmente el plomo se ha retirado por ley de los objetos de uso cotidiano en los que antes intervenía tales como las cañerías del agua, la gasolina con plomo, las pinturas a base de plomo, las balas y perdigones de plomo, etc.

 Pero Saturno sigue ahí, en el cielo nocturno, pudiendo ser observado, si las condiciones son favorables, (y mejor la noche del Sábado-Saturno porque así no hay que madrugar) con unos buenos prismáticos o un pequeño telescopio, exhibiendo su espectacular anillo (sistema de anillos).

Saturno,  según Galileo, primer observador en 1610
Saturno, "El Señor de los Anillos"

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